miércoles, 29 de enero de 2003

"OPERACIÓN GALLETA"


Mi plan para evitar la guerra es el siguiente: en el desayuno de mañana me privaré de una de esas galletas María que tan ricas saben con mermelada, la meteré en un sobre, disimulada entre un par de folios, y se la enviaré a George. George es un goloso. Ya lo demostró hace unos meses, cuando a punto estuvo de asfixiarse por culpa de una inofensiva galletita que, a poco que la hubieran dejado, habría inscrito su nombre en los libros de historia. De poco va a servir la VI Flota contra mi galleta, de nada sus toneladas de bombas contra mi deliciosa María. Mi galleta va a entrar en la historia y yo con mi galleta.
Sólo me preocupa que no le guste, que prefiera las danesas, las de chocolate, las de fresa, las digestivas, las rellenas de lo que sea; que la deje a un lado, o aún peor, que la regale, porque mi galleta es asesina y no entiende de piedad. Mi plan cojea. George puede salirse con la suya si no se lo impido. Es muy travieso, y si tan bien se lo pasaba chamuscando a compatriotas, cuánto más lo hará aplastando iraquíes. Es un monstruo, el de las galletas, el verdadero aunque no sea azul.
No puedo fallar. Necesito ayuda para urdir un plan sin grietas, una operación certera que impida una nueva masacre, otra más. No quiero estar solo. No puedo estarlo. Necesito soldados para formar un ejército que inunde de galletas el despacho oval. George, te vas a enterar.
George W. Bush
The White House
1600 Pennsylvania Avenue NW
Washington, DC 20500
USA


Santiago Díaz Bravo (29/01/2003)

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