martes, 5 de mayo de 2009

AQUEL FÚTBOL NUESTRO


La televisión lo puede todo. En la cada vez más lejana niñez, un partido de fútbol entre la Unión Deportiva Orotava y el Club Deportivo Puerto Cruz, vecinos y encarnizados rivales, se tornaba en un acontecimiento social de la máxima relevancia. Los días previos no se hablaba de otra cosa en tiendas, bares y tabernas. Los padres, pero también las madres, azuzaban a sus retoños en pro de los colores amados y en no pocas ocasiones esos mismos niños, ganados para la causa, llegaban a las manos en el recreo como consecuencia de alguna insalvable diferencia de criterio sobre las grandezas y miserias de uno y otro equipo. Si alguien se tropezaba por la calle a algún jugador de los suyos no dejaba pasar la oportunidad de insuflarle ánimos y desearle la mayor de las suertes, que no podía ser otra que la victoria, con una amistosa aunque respetuosa palmada en la espalda. Una palmada suave, eso sí, no fuera a provocar una contractura al valiente guerrero.
Cuando el esperado día llegaba los nervios del respetable se hallaban a flor de piel desde primeras horas de la mañana. A algunos infantes, y también a quienes sumaban unos cuantos cumpleaños, les había costado un suplicio conciliar el sueño la noche anterior, pero allí estaban junto a la familia, los amigos y miles de hinchas más en las gradas de Los Cuartos o El Peñón, participando en una fiesta donde ganar era sinónimo de felicidad y perder, Dios no lo quisiese, de desoladora desdicha. Qué grandiosas tardes de fútbol y emociones.
Pero la televisión lo puede todo, tanto que ha sido capaz de vaciar las gradas de ambos estadios a cambio de llenar los sillones de los hogares y de las cafeterías con canal de pago. Las camisetas de los clubes locales yacen en el olvido porque acaso hayamos llegado a la estúpida conclusión de que merece más la pena ser espectador que protagonista.

Santiago Díaz Bravo
La Opinión

2 comentarios:

  1. Exactamente. En el futbol de aquellos años, había más camisetas que las blancas o azulgranas. Vestíamos con orgullo las del UD Las Palmas, aunque fuéramos de Tenerife, porque por aquel entonces, jugar la Unión Deportiva era la máxima aspiración de los pequeños aspirantes a futbolistas. Y se veían camisas del Rayo, y del Elche con su banda verde...
    Como en todos los ámbitos, hemos perdido esa pluralidad para acabar siendo bipartidistas.

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  2. Qué recuerdos me traen a mí Los Cuartos... notabas como llegaba el frío a los huesos en invierno y cómo abrasaba la piel en verano.

    Hace tiempo que no paso por alli, bueno, ni por alli, ni por la Villa. Esto de estudiar en La Laguna ha sido un gran aislante... Esperemos que dé sus frutos.

    Un saludo

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