lunes, 8 de mayo de 2006

EVO AL DESNUDO


EVO MORALES es a primera vista un tipo simpático, acaso por sus rasgos andinos, cuyo cincelado difícilmente podría provocar en el prójimo un sentimiento ajeno a la empatía, acaso por su manifiesta enemistad con los vendedores de corbatas, que lo convierte en uno más entre la plebe, acaso porque la sencillez, al menos aparente, la lleva hasta las últimas consecuencias en su bíblico y bisílabo nombre. Pero Evo, igual que Eva en el Paraíso, ignora que con las serpientes, cuando menos, hay que tener cuidado, porque la espléndida rojez de las manzanas a menudo esconde un gusano voraz e insaciable, a lo peor varios. Y es que el nuevo presidente de Bolivia se ha visto asediado desde un primer momento, nada más oler las mieles del poder, por dos peligrosas serpientes, una de ellas ya veterana y entre cuyos méritos figura el galopante empobrecimiento de su bella isla hasta convertirla en el burdel oficial del Caribe. El otro bífido, más joven pero enormemente poderoso, no tanto por las riquezas visibles de su país como por lo que éste atesora bajo su exhuberante tierra, ha tornado en una suerte de exportador de revoluciones que se vanagloria de contar con varios franquiciados a pesar de la ojeriza que le brinda el gran hermano del norte, que frunce el ceño cada vez más y a saber cuáles serán sus elucubraciones. El guerrillero loco y el militar alocado le han dicho a Evo que su jersey a rayas anchas es lo más bonito que han visto en años, y Evo, que es buena gente aunque empecemos a dudarlo, se lo ha creído a pies juntillas. Poco le importa que la historia esté en su contra, que libros y más libros, documentos y más documentos, de mucho antes, de antes y de ahora, reflejen con meridiana claridad que aquellos rincones del planeta Tierra donde el estado se ha excedido en el control de la cotidianeidad han acabado por sucumbir a la corrupción, la pobreza y la injusticia. Los bolivianos le otorgaron a Evo la posibilidad de reconducir el maltrecho rumbo del país y pasar a la historia, y así va a ocurrir, porque si nadie lo remedia Evo Morales pasará a la historia como el títere que condujo a Bolivia hacia un callejón sin salida.

Santiago Díaz Bravo
El Día

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