miércoles, 11 de marzo de 2009

CONSUELO PARA TONTOS


Rita Martín, consejera de Turismo del Gobierno de Canarias, probablemente acabase el sábado con las orejas doloridas después de las decenas de tirones que le propinaron sus superiores. Que la principal responsable de la política turística, a quien se le presupone que maneja más información que nadie sobre la materia, dijera alegremente el viernes en una comisión parlamentaria que el turismo se halla "en caída libre" no parece la mejor manera de insuflar confianza a una ciudadanía temerosa de que las cosas vayan peor que ayer y mejor que mañana. Pero lo realmente curioso ha sido la reacción de la ilustrísima señora una vez recompuestos los pabellones auditivos, cuando acaso tratando de desdecirse sin que sonara a rectificación, no se le ocurrió otra cosa que anunciar a los cuatro vientos que el turismo no sólo se está yendo al garete en estas Islas, sino también en el resto de los destinos. De esta forma, cuando los trabajadores de un hotel reciban el finiquito, cuando el propietario de un restaurante cierre porque el género se le ha momificado a la espera de clientela, cuando un taxista devuelva el coche al concesionario, siempre quedará el consuelo de que en Málaga, en Mallorca, en Tarragona, otros como ellos también ocupan las horas sentados en un parque y confiando en que el tiempo, y con él la crisis, pase lo más rápidamente posible. En un parque porque ya ni obras hay a las que echar un ojo. Por ello es de agradecer que la consejera, voluntaria o involuntariamente, haya actuado con la mayor de las incorrecciones políticas y la menor de las precauciones dialécticas, porque tal vez sea la única forma de conocer la verdad, pero lo que no cabe aceptar es que haya recurrido al manido dicho "mal de muchos, consuelo de tontos". Y es que los tontos, estimada consejera, corren el riesgo de morir de hambre si se muestran incapaces de influir en su propia suerte.

Santiago Díaz Bravo
La Opinión

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