miércoles, 29 de marzo de 2006

EL QUE AVISA... Crónica parlamentaria (29 de marzo de 2006)

El que avisa...


El monocorde discurso del presidente no gustó a socialistas ni a populares. Y tampoco a Román Rodríguez, que parece tener un palco reservado en este debate. Al igual que el año pasado, Martín "olvidó" referirse a sus socios.


S. DÍAZ BRAVO, S/C de Tfe.
"Si soy pesado, me avisan", exhortó el presidente del Gobierno, Adán Martín, a una joven periodista justo en el momento en el que se adentraba en el salón de plenos para pronunciar su tercer discurso sobre el estado de la nacionalidad canaria. Fueron sus últimas cinco palabras antes de leer durante una hora y veinte minutos los 30 folios a doble espacio con los que ni unos, los del PSOE, ni otros, los del PP, se quedaron contentos.
La retahíla de logros, cifras y anuncios fue seguida justo enfrente del presidente, en el mismo lugar y casi con la misma postura que en la primavera pasada, por su predecesor y ex jefe, el ahora parlamentario nacional Román Rodríguez, cuya presencia se está convirtiendo en un clásico, igual que su costumbre de desacreditar a diestra y siniestra, periodista va, periodista viene, a las huestes de su antiguo subordinado, si bien en esta ocasión, generoso como nunca, también recibió su merecido la "desdibujada" oposición.
El líder de Nueva Canaria fue uno de los escasos asistentes a la tribuna de invitados, acaso porque el tono monocorde que suele acompañar a los discursos de Adán Martín (el de ayer no fue una excepción) no es del agrado del respetable; seguramente porque lo que de verdad gusta es el enfrentamiento cuerpo a cuerpo que con toda seguridad se producirá hoy y para el que tanto el líder de los socialistas canarios, Juan Carlos Alemán, como el del PP, José Manuel Soria, parecía que se estuviesen reservando, tal fue la levedad de sus intervenciones a la hora de calificar la oda al perfecto gobierno y las mejores intenciones que acababa de recitar el inquilino del palacete de Vistabella.
Y es que aunque los primeros párrafos del discurso auguraban una emocionante cruzada en pos de la resolución de los grandes asuntos de Canarias, tales fueron sus iniciales referencias a la inmigración y a los casos de corrupción, comparando a estos últimos con los culebrones televisivos, dos folios más adelante se había adentrado en un maremágnum de cifras y promesas cumplidas en el que disfrutaron de su pequeño momento de gloria desde el lagarto gigante de El Hierro hasta el pinzón azul de Gran Canaria. Sólo su propuesta contra la corrupción hizo que el público se sobresaltase en su letargo.
Mientras el jefe hablaba y hablaba, desde las ventanillas del pasillo escuchaba y observaba con suma atención el trío de jóvenes aventajados que conforman su grupo de análisis, responsables de todos y cada uno de los números ordinales y cardinales que rebotaban entre las paredes del hemiciclo. Y aunque fueron miles las palabras utilizadas, ni una sola de ellas se dedicó a los aliados socialistas, que a posteriori se quejaron amargamente de ello porque, tal y como recordó Alemán, si Martín está donde está es porque a ellos les da la gana.
En lo que tal vez no cayese en la cuenta el líder del PSC-PSOE es en el carácter circular de la historia, que lleva al género humano a repetir conductas y acciones: un año atrás Adán Martín había protagonizado idéntico olvido, en ese caso con el PP y a pesar de que, en lugar de meros socios, eran nada menos que compañeros de viaje en las ajetreadas labores de gobierno.
A consecuencia de ese olvido, o simplemente porque así lo requieren los cánones parlamentarios, el "muchas gracias" que marcó el final del discurso de Adán Martín fue respondido por el aplauso más paupérrimo de la presente legislatura. Los diputados de Coalición Canaria, en minoría, se quedaron solos batiendo palmas. Mientras, populares y socialistas se limitaron a recoger sus cosas y, en el caso de los varones, a acicalar sus cuellos. Todos menos el alcalde de Santa Cruz, Miguel Zerolo, que sigue sin hablarse con su vendedor de corbatas.
Pero no eran los jóvenes analistas del presidente los únicos pobladores de unos pasillos que año tras años experimentan la eclosión de una especie ajena a cualquier riesgo de extinción: los asesores, de todos los tipos y colores y sin quienes los primeros espadas da la impresión de que no se atrevan a dar un paso. Entre ellos algunos ilustres, caso del omnipresente Larry Álvarez, quien haciendo las veces de padre ejemplar acompañó de la mano a José Manuel Soria hasta el hemiciclo y allí volvió a recogerlo, ahora en compañía de la ex consejera de Empleo y Asuntos Sociales Águeda Montelongo, que junto con Román Rodríguez cubría la cuota de damnificados por las vicisitudes políticas del presidente Martín.
Y si Alemán se había lamentado de la falta de cariño mostrada por el presidente para con sus nuevos amigos, cuando los micrófonos se dirigieron al líder del PP, éste, en un alarde de conocimiento de la reciente historia política canaria, culpó a Adán Martín de lo mal que lo había hecho en su etapa como concejal en Santa Cruz y en su posterior periplo como máximo responsable del Cabildo tinerfeño. Los cortes de luz provocados por la tormenta "Delta", dijo, dan fe de esa torpe gestión.
Luego, a casa en unos casos, al hotel en otros, para reponer fuerzas con vistas a una sesión, la de hoy, sobre la que nadie duda que será muy diferente. Y la joven periodista, mientras, sin avisar al presidente.


EL DATO
Y el próximo, ¿dónde?
El debate plenario sobre el estado de la nacionalidad que dio comienzo ayer y continúa hoy para finalizar mañana corre el riesgo de celebrarse el próximo año (está previsto para principios de 2007 debido a que las elecciones son en mayo) en unas condiciones muy diferentes. La inconstitucionalidad de la ley por la que se expropiaron los inmuebles anejos a la sede parlamentaria y los hasta ahora nulos intentos de la Consejería de Economía del Ejecutivo autonómico por evitar la devolución de las zonas expropiadas convierten en incierto el futuro de gran parte de las instalaciones. A estas alturas la negociación con los afectados, propietarios y arrendatario, y el acuerdo de una indemnización en cualquier caso multimillonaria aparecen como la única solución a un conflicto que puede acabar con el abandono, previa orden judicial, de buena parte del inmueble, lo que dificultaría notablemente la actividad parlamentaria. El riesgo del desahucio traumático sobrevuela sobre una institución para la que algunos destacados políticos, como es el caso del líder del PP, José Manuel Soria, ya recomiendan que se busquen los servicios de una inmobiliaria con el fin de que se reubique en alguna otra zona de la capital tinerfeña. El desenlace, en sólo unas semanas.

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