lunes, 19 de julio de 2010

EL NUEVO HÉROE

Los directivos de las más rimbombantes empresas de selección de recursos humanos parecen haber hallado a su particular mesías: un señor calvo, regordete y bigotudo llamado Vicente del Bosque. De un día a otro, con la inestimable colaboración del gol de Iniesta, los errores de Robben y las paradas de Casillas, el seleccionador español de fútbol se ha convertido en el modelo a seguir, y a perseguir, por las grandes corporaciones a la hora de establecer una pautas de dirección y buscar a las personas adecuadas para ejecutarlas. Curiosamente, el único mérito de este buen hombre ha sido dejarse tiranizar por el sentido común, actuar siguiendo unas directrices del todo lógicas que suman a los conocimientos profesionales valores como la educación, la amabilidad y el respeto.
Acaso por simple, la forma de proceder de Vicente del Bosque ha despertado incluso el interés de los estudiosos del género humano, lo que evidencia hasta qué triste extremo la sencillez se ha convertido en un objeto de museo. Al entrenador se le admira por conducirse con calma, orden y serenidad, sin las extravagancias que con tanto ímpetu se han instalado en las vidas del común de los mortales. Antaño los héroes se forjaban a través de los grandes actos; hoy en día la naturalidad se ha tornado en hazaña.
Tan complejo se ha vuelto nuestro cosmopolita universo, tan rebuscado, que conceptos de siempre diáfanos duermen el sueño de los justos en el baúl de los recuerdos. Hace ya tiempo que la línea recta dejó de ser la distancia más corta entre dos puntos. Ahora la moda es el zigzagueo, la floritura que en tantas ocasiones nos hace perder la dirección correcta hacia el objetivo ansiado. Del Bosque se ha limitado a trazar esa raya sin titubeos, y todos le aplaudimos por ello, porque hemos perdido la capacidad de ser normales, porque el sentido común, otrora la materialización de la inteligencia humana, ha quedado degradado a la categoría de anécdota.
La misma sociedad que desprecia la simplicidad y vincula lo afable con lo débil es la que ahora vitorea a Del Bosque y ensalza sus virtudes. Es la misma sociedad que si Robben no hubiera fallado un gol cantado, lo consideraría un vulgar fracasado. Uno más.

Santiago Díaz Bravo

2 comentarios:

  1. Perdón por mezclar las cosas; pero me recuerda, por todo lo contrario, a la muchacha semialcohólica que ahora sub-gobierna en un periódico local de Tenerife

    Nino.

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  2. jajaja, el artículo es bueno Santi, pero te ha ensombrecido el genial comentario de Nino. Hasta me he ruborizado al leer dicho comentario porque mientras leía tu artículo yo también estaba pensando en esa sub-gobernanta semialcohólica (como Nino, por todo lo contrario)

    Clara

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